En su devenir histórico, la Asociación de Catedráticos e Investigadores de la Universidad Autónoma de Aguascalientes, tuvo una época de informalidad en su funcionamiento y por lo tanto en su equipamiento e infraestructura. Así, en sus inicios era un grupo de profesores nómadas en el sentido de buscar sitios en diferentes lugares como punto de reunión de la asamblea.

El doctor Rigoberto Gómez refiere que por el año de 1978, los maestros integrantes de la Asociación se reunían en el restaurante Posada Faroles, luego hubo asambleas en 1979 en el edificio de la preparatoria y otras en el edificio J. Jesús Gómez Portugal. Al momento de su registro en 1979, los dirigentes señalaron como domicilio legal de la Asociación, el propio edificio central llamado “Edificio 19 de Junio” en el Jardín del Estudiante, de ésta ciudad de Aguascalientes.
En el año de 1989 le fue donado a la Universidad por parte del gobierno del Estado, un predio en el Exejido Ojocaliente, de ésta ciudad de Aguascalientes, con la finalidad, según la propia escritura de donación, de construir las oficinas de la Asociación de Catedráticos e Investigadores de la Universidad Autónoma de Aguascalientes. Ante la indefinición de la escritura de donación sobre transmitir directamente la propiedad del terreno en mención a esta organización sindical, ya que se le donaba a la Universidad y no a la Asociación, se optó porque la primera otorgara en comodato a la segunda, el terreno para los fines propios de la actividad sindical; figura legal que actualmente permite el uso y disfrute de las referidas instalaciones.
En el anecdotario colectivo, en lo relativo a la construcción del edificio actual de la Asociación, se rescata que en la escritura de donación, se estipulaba que si en un plazo de dos años no se construía sobre el terreno, éste pasaría de nuevo a la propiedad del gobierno estatal, por lo que en el año de 1991, ante la inminente revocación de la donación, se anunció con bombo y platillo la construcción de las actuales oficinas de la organización y para ello se invitó a las autoridades del estado y de la propia Universidad para la “colocación de la primera piedra del edificio”, hecho significativo pero el cual sólo era una forma de evitar la revocación y decir que se iban a iniciar los trabajos, ya que no había fondos para ello, pero daba por lo menos un respiro. Tal estrategia seguramente que la historia de la Asociación le reconoce a Luciano Tlachi como dirigente de ésa época.
En el año de 1991, por las gestiones de la directiva y las aportaciones de los asociados, se logró reunir fondos y aportaciones diversas para la construcción del edificio con las oficinas que actualmente tiene. Posteriormente, durante la gestión de Daniel Gutiérrez Castorena al frente de la Asociación, se concluyó el salón de fiestas anexo al edifico principal, el cual fue rehabilitado en el año 2003. Este salón resulta un espacio sindical pero también recreativo y social porque en él se llevan a cabo fiestas y celebraciones importantes del personal académico y/o sus familiares, ya que su uso se puede apartar por cualquier asociado mediante el pago de cuotas sindicales extraordinarias que resultan simbólicas en comparación al costo normal de cualquier salón de fiestas de la ciudad.
En 1992, seguramente ya con la experiencia de gestionar fondos para construcción, el señor Luciano Tlachi en su segundo periodo como dirigente de la Asociación, logró el acuerdo de la Asamblea General de asociados para la construcción y operación de una escuela para hijos de trabajadores académicos de la Universidad, nació así el “Centro Educativo Termápolis”, el cual fue construido sobre un terreno propiedad de la Universidad que otorgó mediante la forma jurídica de comodato, para el uso e instalaciones de la Asociación, funcionando esta escuela de pleno derecho a partir del ciclo escolar 1993-1994. En su funcionamiento, apareció una Asociación Civil denominada “Centro Educativo Termápolis”, que todavía existe de derecho aunque no de hecho y que se ostentaba como titular de los derechos de operación y propiedad sobre la escuela, pero cuyos manejos no han sido del todo aclarados, ya que al parecer fue una forma por la que su fundador pretendía quitar a la Asociación del manejo de la misma y sin embargo, esto implicaba el riesgo de que se revocara el contrato de comodato con la universidad y se perdiera éste patrimonio, ya que en sus cláusulas, el contrato prohíbe expresamente que se transfiera el uso de las instalaciones a personas alguna diferente a la Asociación de Catedráticos e Investigadores.
Existe dentro de la infraestructura física de la Asociación, el Centro recreativo de la posta Zootécnica, el cual es un lugar acondicionado para paseos y reuniones campestres de los trabajadores académicos y sus familias, dentro de las instalaciones que el Centro de Ciencias Agropecuarias mantiene en la posta zootécnica en el municipio de Jesús María, Aguascalientes. Este espacio también se mantiene dentro del patrimonio de la organización mediante un contrato de comodato entre la Universidad y la Asociación. En fechas recientes, del año 2002 a la fecha, se ha trabajado en un proyecto para la instalación de una guardería para hijos de trabajadores universitarios, dentro de los terrenos que ocupa el Centro Educativo Termápolis, proyecto del cual se han destacado sus bondades y se está en gestiones para la obtención de recursos para su construcción, equipamiento y operación en el mediano plazo.
En materia de la infraestructura física de la Asociación de Catedráticos e Investigadores de la Universidad Autónoma de Aguascalientes, debe reconocerse la voluntad de los rectores en turno, el invaluable apoyo de las autoridades estatales, principalmente de los gobernadores en turno, pero de manera muy especial, la voluntad, esfuerzo y cooperación de los trabajadores académicos socios de éste sindicato, ya que en sus diferentes épocas han aportado sus cuotas ordinarias y también han respondido al llamado de sus dirigentes cuando hay que hacer aportaciones mediante cuotas sindicales extraordinarias, por ejemplo, para la construcción del Centro Educativo Termápolis, cuentan que se acordó en asamblea, donar, a título de cuota extraordinaria, la prestación económica que recibirían como apoyo para libros.
De cualquier manera, se deberá seguir trabajando por aumentar el capital físico y económico de la Asociación de Catedráticos e Investigadores de la Universidad Autónoma de Aguascalientes, pero sin lugar a dudas que mantendrá prioridad el fortalecimiento de su capital humano, la promoción de la unidad, del compañerismo, de la solidaridad y de la fraternidad hacia el interior de la organización. Ese es uno de los retos y oportunidades permanentes de la dirigencia y de los asociados.